Durante la Vigilia Pascual, madre de todas las santas vigilias, la Iglesia espera la Resurrección del Señor y celebra los Sacramentos de la Iniciación Cristiana, como medio de asimilar el contenido del Misterio Pascual del Señor.

En esta noche los judíos fueron liberados de la esclavitud de los egipcios, y cada año ese acontecimiento salvador, protagonizado por Dios, era recordado como un memorial. La liberación era el anuncio de una liberación más profunda y total que el mismo Dios realizaría a través de su Hijo, quien superando la muerte, saldría en esta noche, victorioso, del sepulcro.

El Señor, muerto y resucitado por nosotros, es el origen de nuestra salvación y es también el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza. Esa salvación y esa vida se nos entregan y comunican a través de los sacramentos. Por esa razón, es el momento más oportuno para la recepción de aquellos sacramentos de la Iniciación que, además de hacernos hijos de Dios, confirman y robustecen nuestra vida cristiana.

SUBSIDIO VII – VIGILIA PASCUAL EN FAMILIA.pdf