El martes 23 de julio, nos reunimos para celebrar a Madre Magdalena Guerrero Larraín, fundadora de nuestra Congregación Preciosa Sangre, en el día en que la Iglesia honra a Santa María Magdalena.
Aunque la fiesta Patronal de la Preciosa Sangre se celebra el 1 de julio, ayer celebramos con una Eucaristía el onomástico de Madre María Magdalena. Este año, hemos aprendido a seguir sus pasos, viviendo con amor, justicia y compasión, tal como ella nos enseñó.
Madre Magdalena nos enseñó a acercarnos a Dios a través de la oración, el servicio y el amor. Su vida estuvo marcada por una profunda confianza en Dios, siempre pidiendo su guía en cada paso.
Madre Magdalena nos dejó un legado de confianza en Jesús y de vivir con amor y respeto. Nos enseñó que Jesús está presente en cada acto de bondad, y ayer, en su honor, reafirmamos nuestro compromiso de vivir según su ejemplo.