El contenido central de la celebración del Viernes Santo es la inmolación de Cristo, nuestra Víctima Pascual.
La Iglesia medita la Pasión y Muerte de Jesús, que ahora está resucitado y glorioso, venerando el signo sagrado de la Cruz, conmemorando su nacimiento del costado de Cristo muerto, intercediendo por la salvación de todo el mundo y participando sacramentalmente de los méritos de la Muerte redentora a través de la Comunión.
Hoy no se celebra la Eucaristía, pero sí la comunidad celebrante recibe, dentro de la Acción Litúrgica, la Comunión, como medio de unirse y participar en los méritos de Jesús, muerto y resucitado por nosotros.
SUBSIDIO VI – VIERNES SANTO EN FAMILIA.pdf